Profesionales al servicio de los ciudadanos
En la tarde del día 28 de abril de 1905, quince de los veintiún letrados que por entonces ejercían en la ciudad celebraban la constitución legal del Colegio de la Abogacía de Gijón y, en el mismo acto, votaban como su primer Decano a D. Francisco Prendes Pando. Más de cien años de servicio a los ciudadanos han transcurrido, y esa labor se ha visto reconocida por el Ayuntamiento de Gijón, que, en diciembre de 2009, concedió al Colegio la máxima condecoración municipal: la Medalla de Oro de la ciudad. Nuestra institución representa la imagen pública del conjunto de profesionales que, cada día, defienden los derechos y libertades de los justiciables. El abogado es quien, casi siempre, abre al ciudadano la puerta de la administración de justicia, para acompañarle y defenderle ante los tribunales. Para ello, una ética profesional intachable, el estudio y formación permanentes, y la entrega absoluta a sus clientes, habrán de presidir todas sus actuaciones. A lo largo de su historia, y con renovado énfasis en el momento presente, el Colegio de la Abogacía ha defendido siempre la independencia y libertad de criterio que rige la actuación profesional de sus miembros, garantía última de los derechos de todos los justiciables. La defensa de la libertad de actuación del abogado es la defensa de los derechos de los ciudadanos. Tienen derecho a contar con un profesional independiente y libre a su servicio. El Ilustre Colegio de la Abogacía de Gijón vela por ello. Ayer, hoy y mañana. EL DECANO |